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Si fuéramos dos extraños
que se encontraron por casualidad
yo sé que mis pensamientos
estarían en otro lugar.
Te hablé de una sensación
vos pensaste en algo más
porque nos une una fuerza
que no nos deja liberar.
Si pudiéramos conocernos
hoy por primera vez
no habría historias ni cuentos
que nos obliguen a entender.
Sería la caricia en el momento
con lo que podríamos jugar
para olvidarnos de un destino
que no deberíamos ni pensar.
Si fuéramos dos extraños
nos podríamos entregar
a las sensaciones de un cuerpo
que nos pone distancias al hablar.
No busques la eternidad.
No pienses más allá.
Dejame explorar tu risa
¿o la querés olvidar?
No sientas miedo a la fuerza
que podemos crear juntos.
No trates de explicarme
nada que no sea tuyo.
Seguí caminando tranquilo
que yo me puedo sumar a tu camino
sin necesitarte ni un minuto,
compartiendo sólo el instante
en el que los dos sabemos
que nos miramos mejor.
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