*
La patada final que casi no sentí estar dando.
como si fuera el paso que ya sabía.
no sé si habrá sido mucha la opresión o muchísima ahora la tranquilidad. ya no tengo un solo lugar donde sentirme en casa. soy mi colchón, mi ventana, mi puerta y mi iluminación.
hoy soy.
y no lo que seré para toda la vida. la verdad es que no lo sé.
hoy soy lo que soy hoy. mañana vemos.
y la cara eterna de la muerte. para recordarme que está ahí. que siempre algo nace y algo muere. que somos oscuridad y luz. que la libertad es explorarse.
de lo mejor y de lo peor de mí, aprendí a verme. es testimonial el relato de lo que elegí. volví a elegir. me dije a mí misma que sí, que estaba bien ahí.
me presenté a mi oculta y bella compañera, la soledad. bella calamidad, diría una amiga larga.
la soledad que te mira desde adentro y te acompaña, y te ayuda a respirar, y te mueve las sensaciones como una licuadora y las hace volar, y te las hace pintar, cantar, bailar, escribir.
la soledad con el sol en la piel o las nubes en los ojos.
¡Qué sé yo de los proyectos si recién vuelvo a ver todo esto!
ahora con doble juego. ahora sí sostengo mis ganas de vivir con la fuerza de mi interior. no confronto las palabras porque estoy tan segura de mis inseguridades que toda nueva palabra es un alimento para deglutir y seguir engordando mi bienestar. bienestar malestar. malestar bienestar. no confundas una sonrisa con felicidad. no confundas una lágrima con tristeza. si no es de las emociones que vivimos...SÍ ES, las emociones son el motor. no te envuelvas en capas de protección. me gusta tirarme en el pasto y que me piquen las hormigas para aprender a salvarme yo. y poder ayudarte a salvarte a vos.
si viérmos la unidad y el conjunto a la vez. como autitos chocadores desparejos, que al cruzarse cambian los rumbos.
*
*
*